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Holas...

Bien... Ni estamos terminando Marzo y me siento muy cansada. Debe ser porque he tenido días bastante duros y aparte de eso mi mente trata de mantenerse firme frente a la tempestad que corre en mi camino.

No veo nada adelante. Una cortina de lluvia tan espesa como en el sur cubre mis ojos e impide saber si más allá, cuando llegue a aparecer el sol, mi entorno comienze a dar frutos... O si vivo para poder verlos...

La semana pasada comencé mis clases en Pedagogía en Religión. Ante las malas lenguas de los que están en mi entorno de Iglesia, temen que termine sabiendo tanto de Dios que me vuelva contra Él...

Como si no tuviese ya motivos suficientes y aún así sigo en mi camino...

He estado con bastante dolor en el pecho en estos días. Probablemente, sea el dolor de ver a Nando así de abatido (ver su post) y no poder hacer nada para ayudarlo. Tengo que mantener mi mente clara, pero el dolor interno me ha hecho estar bastante desconcentrada...

Y con lo único que sigo es con mi perfeccionamiento del dibujo (me bajé bastantes libros de arte) y escribiendo El Tesoro... Mientras que en el Colegio doy todo lo que puedo y toco la guitarra hasta que al fin me salgan callos...

Y tener de compañero (bueno, aparte de Nando, Folken, Udutiaz y Pedro), a un amigo sacerdote que también está con su propia búsqueda de la verdad me ayuda en cierta forma, pues no me siento tan atada a seguir ciegamente una fe que a veces me ha dado mucho, pero que otras veces me atraviesa el corazón con injusticia y con abandono...

Y la lluvia sigue cayendo, mientras me aferro al recuerdo de los paisajes del Sur y de mi amado hogar para mantener la cordura, pues sé que tengo que ser fuerte, mantener mi mirada fija en lo que se viene y asumir las consecuencias de ello, sea cual sean...

Ahora la duda es... ¿Con quién llegaré hasta el final?

Sepa el de Arriba o sus ángeles -o-

Saludos